El Oficio



Mi mamá era profesora de Policromía, ahora no se dedica mucho a eso, pero cuando yo tenía unos 14 años hacía talleres en la casa en la que vivíamos. Teníamos una terraza grande con una larga mesa y allí en los veranos, mi mamá y sus alumnas se dedicaban a pintar, conversar, patinar, conversar, y así, la pasaban muy bien pintando platos, jarrones, trípticos de madera y yeso y conversar. Yo las observaba, a veces mi mamá tenía un pequeño plato que le sobraba y me lo regalaba para hacer algo yo también, me quedaban bien, les ponía flores con relieve y esas cosas, muy simple y por el gusto de ser parte de ese choclón de mujeres que ocupaban sus tardes relajándose en esta labor. Lo que no comprendía en ese momento era que estaba todo el tiempo observando técnicas distintas, aunque yo no las realizara veía como se pintaba un yeso de forma que pareciera mármol o metal oxidado, veía qué pinturas se usaban y cómo se fijan para que queden craqueladas, brillantes u opacas. ¿Cómo me iba a imaginar  que después significaría tanto para mí?. Fue un oficio heredado por mi mamá, no tenía idea de que sería así, no solo me heredo las técnicas sino el sentido de lo busquilla, porque ella tenía para estas cosas la filosofía de que si no se sabe se inventa.

Y también tengo la impresión de que me quedo gustando la sensación meditativa. Por eso cuando mi mamá se dedico a otras cosas y todos los materiales quedaron guardados por años en los estantes, yo rescataba algo que pudiera servirme para seguir pintando o creando algo. Incluso hace un par de años, cuando creé mi primer muñequito de cerámica en frío no sabía como lijarlo, ¡El estante de mi mamá!, fui a hurgar entre sus cajones y encontré exactamente la lija que necesitaba, muchos, mucho años después esas herramientas seguían ahí esperando ser usadas y eran justo lo que necesitaba.

Esa casa ya no esta, la demolieron como muchas grandes casas para crear edificios, logré traerme lo que pude a mi departamento y decidí continuar la saga familiar con mis invenciones. Supongo que así debía ser, cuando uno no busca mucho sino que todo esta ahí o llega a uno de formas mágicas pienso que es porque tenía que ser. Sin esas clases que mi mamá hacía, con la hija mirando todo el rato e intruseando entre las chácharas de verano no habría sabido cómo empezar o nunca me lo hubiera planteado.

Ni siquiera creo que mi mamá recuerde o piense en cuanto significo para mí sus talleres y la verdad es que recién hace poco me dí cuenta yo misma. Ahora ella me vio trabajar un día y le pareció interesante, se quedo mirando un rato y luego dijo: Debería ponerme a hacer trípticos ¿Te acuerdas que yo hacía?

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