Los procesos de Gustav.



Voy a ser sincera, al comienzo tengo una idea que me moviliza y parto a crearla como si tuviera que realizarla imperiosamente, pero en el camino hay altos y bajos, siempre me pasa que se me olvida que el trabajo, en varias partes del proceso, esta lleno de detalles sorpresivos. Un rostro que debe quedar  simétrico, una fallita en la mano que hay que repasar, luego lijar y tal vez volver a revisar. A veces me demoro varios días en retomar una pieza y ya he comprendido que es lo mejor, para volver a estar motivada. Y nunca perder de vista que el resultado hará que a uno se le olviden las partes pesadas del proceso y probablemente se quiera empezar a hacer otro. Y así, Gustav quedo listo para mirar todo con su calma de siempre.




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